sábado, 30 de enero de 2010

Ciao Milano


Qué gusto estar otra vez con Aranza! Me encantó conocer su casa, sus amigos, sus rumbos y su rutina. Exceptuando el Duomo que me sorprende cada vez que lo veo, Milán no es una ciudad que me seduce fácilmente. El frío es terrible en esta época y el exceso de diseño se desborda hasta en los artículos más inútiles.
Pero Aranza está aquí, y eso me ayudó a aguantar el frío en mis pies y el sueño en las largas noches que desaparecen sólo unas pocas horas para luego volver.
Haciendo cuentas quedo en deuda con Milán. Me llevé un abrigo como ganga, comí delicioso pazzeroto, me reí como nunca con Aranza, conocí a la dulce Nina, recibí la atención de los Colombo y vi nevar por primera vez... bueno, segunda después de la nevada en Guadalajara (¿esa cuenta?).
Mañana sigue el viaje. Destino final: San Sebastián.

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